Competencia, talento y éxito en el fútbol

Julio Dittborn

En los 70, Chile le dio una lección al mundo. Eramos uno de los países más pobres de América Latina y, con decisión y valentía, nos abrimos a competir con cualquier país del mundo. Los empresarios nos decían que estábamos locos, que todas las empresas iban a quebrar y que no habría trabajo. Hoy, 40 años después, somos el país de América Latina con el más alto ingreso per cápita y uno de los con menor pobreza.

Es que la competencia nos obligó a hacer las cosas bien, a sacar lo mejor de nosotros. Así de simple. Otro ejemplo de competencia y éxito es la English Premier League (EPL), la competencia de fútbol profesional más seguida en el mundo. Es difícil de creer, pero hace sólo 20 años, la EPL tenía estadios precarios y la pelea entre espectadores era uno de los principales espectáculos durante el partido. Las regulaciones la- 􀂄 borales de entonces exigían que prácticamente todos los jugadores debían ser de nacionalidad inglesa.

Los ingresos por TV eran muy bajos porque el espectáculo era mediocre. Los hooligans (o barras bravas) ahuyentaban a las familias de los estadios y el espectáculo era mediocre. Desde entonces y en sólo dos décadas, el panorama ha cambiado completamente. Existiendo muchas razones para ello, la principal son los inmigrantes. En 1992 en la EPL había sólo once jugadores no nacidos en Inglaterra o Irlanda. Ahora ese número ha crecido hasta 250, en una liga de 20 equipos en que hay 220 jugadores que salen a la cancha de titulares todos los fines de semana. En 1999, Chelsea fue el primer equipo en tener una alineación titular 100% extranjera. La principal razón de este cambio en la EPL fue el cambio en una regulación laboral en 1995 por parte de la Corte Europea de Justicia.

La corte estableció que las leyes inglesas que reservaban los puestos de futbolistas a ingleses eran incompatibles con las leyes de la Unión Europea. Después de este fallo, las antiguas regulaciones laborales de carácter proteccionistas fueron eliminadas en Inglaterra y, desde entonces, la EPL se llenó de los mejores jugadores del mundo, convirtiéndose en la liga más atractiva del planeta, con millonarios contratos de TV que la han convertido en un gran producto de exportación inglés. La opción que tenemos en Chile para el fútbol es clara. La receta para el éxito ya la conocemos. Hay que abrir nuestras fronteras al talento, venga de donde venga. Hay que eliminar las barras bravas de raíz. Y que no se diga que esto no es posible acá porque somos un país de mercado pequeño. Eso mismo se dijo cuando luchábamos por abrir las fronteras del país a la competencia. Se afirmó que no podríamos competir porque éramos chicos. Y resultó falso, porque hoy Chile es admirado en el mundo como un país que es capaz de competir con cualquiera. Y en el proceso de competir, hemos crecido y disminuido la pobreza. En el fútbol debemos hacer lo mismo para tener un producto de calidad.